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Descripción de actividades realizadas:
- Año: 2018
- Autores: Diego Aboal | Martín Pereyra Burger | Valeria Arza | Martín del Castillo | Eugenia Rodríguez Cuniolo
- Publicaciones: ILO Working Paper 2018/10, págs 13-112
Las políticas de desarrollo productivo (PDP) se pueden definir como las intervenciones que realiza el Estado con el fin de aumentar la productividad de la economía. Hay numerosos instrumentos posibles para lograr ese objetivo, y el peso que tenga cada uno depende de la orientación de política económica de cada administración. A grandes rasgos se pueden identificar dos senderos. Uno orientado a solucionar problemas que afectan a todas las empresas que operan en una economía (por ejemplo de capacitación, de acceso al crédito, de logística, etc.), sin priorizar ni por tipo de empresa ni por tipo de actividad económica, mediante instrumentos horizontales o de corte transversal. Otro sendero en cambio conduce a transformar la estructura productiva priorizando intervenciones que afectan a la producción y desempeño de algunas actividades específicas mediante instrumentos que se denominan verticales. La selección de las actividades productivas que se decida fomentar depende de los objetivos de política pública, que varían para distintas administraciones. Sin embargo, desde un punto de vista conceptual y pensando en políticas que estén orientadas a aumentar la productividad, podríamos clasificar las políticas verticales en dos grupos según el mecanismo mediante el cual se prevea aumentar la productividad. Esto puede ser porque el país tiene ventajas comparativas en esas actividades o porque se piensa que esas actividades presentan mejores oportunidades tecnológicas y por tanto mayor potencial de crecimiento con el mismo esfuerzo. Existen distintos incentivos para lograr que las empresas sigan los senderos previstos en el diseño de las PDP. Estos van desde los subsidios, las bonificaciones de tasas de interés, beneficios impositivos, asistencias técnicas, entre otros. Diego Aboal, Martín Pereyra Burger