En agosto la inflación mensual se ubicó por encima del 1% por segundo mes consecutivo. Concretamente, el IPC marcó un aumento de precios en el mes de 1,18%, en línea con nuestras previsiones (1,13%), aunque ampliamente superior a la mediana de las expectativas de los analistas relevados por el BCU (0,85%). No obstante, a partir del último dato, las expectativas de inflación de los analistas allí relevados empiezan a converger hacia niveles más altos. En particular, podemos observar que en setiembre los analistas ajustaron sus expectativas de inflación para el año 2015 al alza más de 0,4 p.p. en relación a los datos correspondientes al mes previo, hasta 9,59%. A su vez, las proyecciones de nuestros modelos de predicción se modificaron levemente al alza en 2015, ubicándose actualmente en 9,7%. Ello se debió, principalmente, a innovaciones provenientes desde el frente tarifario y cambiario. Asimismo, el crecimiento de precios esperado en 2016 y 2017 se encuentra en 9,3% y 8,8% respectivamente.
En los últimos doce meses Brasil registró una depreciación del real cercana al 70%, mientras tanto, en el mismo periodo, la desvalorización del peso uruguayo se ubicó en torno al 20%. La diferencia observada en el ritmo de depreciación respecto a nuestro principal socio comercial ha intensificado el debate en torno a la necesidad de generar ganancias de competitividad a través de un deterioro más intenso del valor del peso uruguayo. A su vez, esta situación se torna más controversial en tanto el BCU ha tomado una posición activa en el mercado de cambios, operando sobre el valor de la paridad peso-dólar. El presente informe continúa aportando elementos para esta discusión.