La variación prácticamente nula del mes mayo resultó una sorpresa para nuestros pronósticos, generando una revisión a la baja para junio y meses siguientes.
En particular, la inflación del mes de junio estará influida por un triple efecto a la baja: frutas y verduras, precios de los combustibles, y valor del dólar, con su impacto en precios transables.
Mantenemos nuestra proyección del comportamiento general del IPC, con la inflación siguiendo un patrón en forma de «V» para este año 2023.
Se produciría un mínimo interanual en setiembre, pero el IPC retomaría la tendencia creciente y cerraría el año en valores cercanos a 7%. El año 2024 presentaría un valor mayor.