Tradicionalmente han existido dudas respecto a la viabilidad económica de un país chico como Uruguay, especializado internacionalmente en actividades agropecuarias y agroindustriales. Habitualmente se argu-menta que es muy poco probable que se logre escalar desde este nivel de especialización hacia procesos de desarrollo y construcción de capacidades con mayores contenidos tecnológicos y de innovación que permi-tan generar mayores niveles de valor agregado nacional. ¿Es correcta esta visión del tema?
Esta discusión adquiere una particular importancia en momentos en que la coyuntura interna-cional, favorable para la economía en su conjunto durante la última década, y en particular para el sector agropecuario, parece estar revirtiéndose, al menos parcialmente. Es en circunstancias como las actuales que detenerse un momento a reflexionar sobre la importancia estratégica del sector nos brinda la perspec-tiva necesaria para evitar pasos en falso.