La crisis de 2008, más conocida como subprime por su origen en los créditos hipotecarios de bajo nivel, lejos de haberse superado continúa haciendo estragos en muchos de los países del primer mundo. Estados Unidos no ha logrado aun dar señales firmes de crecimiento, en tanto que Europa se encuentra atrapada entre problemas fiscales y de deuda en varias de sus naciones. El proteccionismo como respuesta a la crisis económica no es una novedad de este último episodio internacional sino que es quizá, una de las herramientas más viejas para combatir la recesión.
Las medidas proteccionistas se han sofisticado, pasando de ser medidas puramente arancelarias a incluir cuotas, subsidios y devaluaciones “competitivas” entre otras. Esta diversificación hace que sea más difícil poder medir de forma sintética el grado de proteccionismo de un país. En una línea más general, la World Trade Organization relevó que para agosto de 2009, 13 de los 20 países del G20 ya habían anunciado algún tipo de medida proteccionista.