El gobierno ha hecho explicito en numerosas ocasiones su preocupación por reducir el déficit fiscal, de forma de encauzarlo a una senda de convergencia hacia valores sostenibles en el largo plazo. Si bien en 2015 se logró una mejora en el déficit primario que se ubicó cercano a cero, un mayor pago de intereses distanció el déficit global obtenido de los valores propuestos. Más aún, lo primero se logró a costa de una menor inversión, postergando así las metas del presupuesto en cuanto a inversión en infraestructura en favor de las metas fiscales. Por su parte, tanto la Deuda Bruta como la Neta se incrementaron como porcentaje del PIB.
Es en este marco que el Poder Ejecutivo presentó un paquete de medidas a incorporar en la próxima Rendición de Cuentas que apuntan a una corrección fiscal para cumplir con los objetivos fiscales de la Ley de Presupuesto y evitar endeudamientos excesivos. Estas medidas, que alcanzarían un 1% del PIB (aprox. 460 millones de dólares), comprenden tanto partidas de ingresos como de egresos.
El ejercicio presentado en este informe indica que las medidas propuestas lograrían efectivamente estabilizar el ratio DN/PIB, aunque a un nivel superior al actual. No obstante, el margen de maniobra de la política fiscal es escaso y el éxito de la propuesta de consolidación fiscal se encuentra fuertemente condicionado por el ritmo de crecimiento que pueda registrar la economía uruguaya a partir de 2018. En el caso en que la economía uruguaya no lograra retornar una senda de crecimiento próxima a los niveles potenciales de largo plazo, es posible que las tensiones en el frente fiscal se vean incrementadas y la sostenibilidad de la deuda vuelva a estar comprometida.