En julio la inflación anual aumentó y se observó el nivel más alto en veinte meses. El valor mensual alcanzó a 0,8%, un guarismo algo superior a nuestra proyección puntual y a la mediana de expectativas recabadas por el BCU (ambas de 0,7%). El dato anual (interanual) aumentó levemente, en 0,3 pp., siendo ahora de 9,6%, el valor más alto desde noviembre de 2020.
Nuestras proyecciones indican que el dato anual se mantendrá oscilando entre 9% y los niveles actuales para el resto del año. Será necesario esperar al primer trimestre de 2023 para eventualmente observar valores de inflación inferiores al 9%. Para el corriente mes de agosto, se espera un valor puntual de 0,59%, con un intervalo (al 50% de probabilidad) entre 0,44% y 0,74%.
Las proyecciones asumen una baja moderada en los precios de las commodities (de exportación, petróleo, etc.) en el resto del año, pese a que se observa un comportamiento relevante a la baja en algunos productos en las últimas semanas, lo que se analiza más adelante. Si se mantuviera este comportamiento podríamos observar un valor sensiblemente inferior para la inflación de 2022 y 2023, como se discutió en nuestro Informe de Inflación de julio: con un descenso del petróleo de 30% frente a 21% (y actualmente el descenso alcanzó a 22%) y con un valor del dólar de $ 42, se tendría un cierre del año tres décimas por debajo de nuestra proyección.
Considerando un escenario internacional de bajas moderadas, el valor observado en julio ha incidido en una leve corrección al alza de nuestras proyecciones.