El debate sobre Uruguay y la obtención del grado inversor estuvo vigente durante parte de 2011 y el primer trimestre de este año, sobre todo porque se argumentaba que nuestro país había experimentado mejoras significativas en los principales indicadores macroeconómicos y sería merecedor de volver a obtener el grado inversor.
Durante el primer trimestre de este año la calificadora Moody’s mejoró la perspectiva de la deuda uruguaya, pasándola de estable a positiva, aunque mantenía la calificación en terreno especulativo, lo que hacía inminente la obtención del ansiado grado inversor. Sin embargo no fue esta calificadora quién dejó de calificar a la deuda uruguaya como especulativa en primer lugar. Fue Standard & Poor’s (S&P) quién volvió a otorgar el grado inversor a la deuda uruguaya pasando la calificación de BB+ a BBB-, tras 10 años de la pérdida del investment grade, al inicio de la crisis de 2002.