La economía uruguaya ha logrado crecer por 9 años consecutivos, y completará a fines de 2012 una década de crecimiento. Si bien las tasas de expansión se han ido moderando con el correr de los años, no debemos pasar por alto que este proceso expansivo se dio incluso en años difíciles para la economía internacional, como en 2009. La inversión fue uno de los pilares de este proceso, y se torna fundamental analizar tanto su evolución como su composición y perspectivas si buscamos analizar la sostenibilidad del crecimiento observado.
La relación entre el PIB y la inversión es reciproca, es decir, una mayor inversión determina un mayor producto, en tanto que una mejor situación económica del país alienta a los empresarios a invertir más. Sin embargo, estos dos efectos no se dan al mismo tiempo. Nuestras estimaciones nos indican que, la dinámica de interacción de estas variables viene dada, en una primera instancia, por un cambio en la inversión que redunda en una variación del producto un período después, es decir, que la inversión antecede al PIB. Esto no quiere decir que no exista simultaneidad en los efectos descriptos, pero es el anteriormente explicado el que prima.