El peso uruguayo se depreció 6% durante los últimos dos meses como consecuencia de la crisis internacional, derivada de la débil recuperación la economía norteamericana y la complicación de los problemas financieros en varios países de la zona Euro. Esta pérdida de valor de la moneda uruguaya derivó en una leve mejora en la competitividad que de todas formas no logró compensar la pérdida sufrida desde la puesta en marcha de la política monetaria expansiva por parte de Estados Unidos como respuesta a la crisis.
La evidencia empírica muestra la existencia de una relación estable en el largo plazo entre los precios uruguayos y los de EE.UU, ajustados por tipo de cambio. Desvíos por debajo de ese valor implican un encarecimiento de nuestros bienes respecto a los estadounidenses, expresados en la misma moneda.