La inflación mensual de junio fue de 0,35%, ubicándose levemente por debajo de nuestra proyección mensual (0,45%) y dejando la inflación interanual en 9,1%. En este sentido, si bien la inflación ha cedido mensualmente luego de alcanzar un pico muy cercano a 10% en febrero de este año, los niveles actuales aún pautan que las presiones inflacionarias son un desafío que requiere ser enfrentado. De hecho, la inflación continúa más de 2 puntos por encima del nuevo rango meta que entró en vigencia a partir del 1º de julio (3%-7%).
Por otra parte, en los últimos días se ha vuelto a discutir sobre la incidencia de los salarios en el proceso inflacionario y los distintos mecanismos de ajustes salariales. En particular, como tantas veces hemos discutido en este informe, los incrementos salariales no son inflacionarios per se, sino que agregan presiones inflacionarias cuando no son acompañados por mejoras en la productividad. Si ello no sucede es esperable que en la medida de lo posible, los empresarios intenten trasladar sus costos salariales al precio final de los productos. En un estudio reciente, se estimó que el traspaso de salarios privados a precios domésticos (en este caso a la inflación tendencial) es de 0,3 para el período 2005 – 2012. Esto implica que por cada 1% de incremento en los salarios privados los precios aumentan 0,3%. Esto es, durante el período que el estudio analiza el traslado fue parcial, por lo que es posible concluir que este factor explica solo en parte la persistencia de las presiones inflacionarias de los últimos años.