El incremento del IPC en agosto fue de 0,2%, con un aumento interanual de 4,1%, dentro del rango meta de inflación del Banco Central. Para setiembre proyectamos un aumento de 0,9%, que mantiene la variación 12 meses en los mismos guarismos.
El aumento de setiembre del IPC resulta superior a los seis meses previos, incidiendo el aumento del agua mineral (por la reposición de impuestos) y el incremento de los combustibles, que no ocurría desde junio de 2022.
El sub-rubro de frutas y verduras, que tuvo un comportamiento deflacionario por el fin de la sequía, habría llegado a un piso, al menos temporario (ya que todavía habría margen para continuar el reajuste a la baja).
Por último, se observa un cambio en la tendencia del dólar, probablemente relacionado con las rebajas realizadas y anunciadas en la Tasa de Política Monetaria del BCU.
Más allá de la proyección de setiembre, se estaría observando un cambio en la tendencia de los últimos meses del IPC. La inflación interanual, aunque creciente, permanecería en el rango meta hasta julio de 2024, cerrando el año próximo a 7%.