El registro de inflación de febrero se ubicó en 1,66%, por encima de lo esperado en nuestra proyección mensual (1,2%). Esto determinó que la inflación interanual se ubique en 9,8%, acercándose a la meta implícita de los dos dígitos. Si bien se debe notar la influencia de factores climáticos sobre los precios de verduras y hortalizas en el registro inflacionario de febrero, el error de estimación se ubicó en algunos rubros de servicios vinculados a la dinámica interna. Tal es el caso de los servicios educativos y otros vinculados al hogar, los cuales crecieron por encima de lo previsto, señalando la existencia y persistencia de presiones inflacionarias internas.
De todas formas, la persistencia inflacionaria actual no es causada ni por el alza de las tarifas en enero ni por las inclemencias climáticas de febrero que impulsaron los precios de los alimentos frescos que suelen mostrar amplia volatilidad. Si bien estos productos agregaron algunas décimas a la medición de inflación global, es el componente tendencial de la inflación, que agrupa al núcleo central de precios, el que mayor influencia ha tenido en el proceso inflacionario actual. De hecho este componente se incrementó 1,46% en febrero, dejando el registro interanual en 10,1%. Este nivel ampliamente desviado por encima del rango meta confirma que el proceso inflacionario está lejos de ser controlado. Asimismo, que este componente crezca por encima de la inflación global indica que el fenómeno inflacionario no es de carácter transitorio sino que subyace de forma estructural en la dinámica de precios.