El dato de inflación de diciembre se aceleró vigorosamente, ubicándose en 0,7% lo que implicó que la inflación interanual se situara en 8,6%, sensiblemente alejada del rango meta. Esta nueva aceleración de la inflación se basa fundamentalmente en la evolución del dólar y las presiones internas originadas en los salarios y la dinámica demanda interna. Esto determinó que se cierre el 2011 por fuera del rango meta establecido por las autoridades, situación que se repitió durante todo el año y que plantea un problema en términos de credibilidad sobre el objetivo inflacionario de cara al futuro.
Adicionalmente, el registro de la inflación tendencial que demuestra la persistencia de fuertes presiones, tanto internas como externas, sobre el componente más estable de los precios, se ubicó en 8,9% en términos interanuales lo que erosionaría aún más la credibilidad de la meta dado que fue el componente residual que actuó, al menos en gran parte del pasado año, como amortiguador del nivel general de precios.
Ante este escenario se realizó la última reunión de 2011 del COPOM en la cual se decidió aumentar la tasa de referencia de política monetaria, contrayendo la política monetaria para intentar reducir las presiones inflacionarias.