Como era de esperar la inflación de diciembre se ubicó en terreno negativo (fue de -0,55%), al tiempo que dicha caída fue levemente superior a la prevista (-0,46%). El rubro de mayor incidencia en dicha caída fue la rebaja de las tarifas eléctricas producto de la implementación del programa UTE Premia por cuarto año consecutivo, el cual redujo las tarifas eléctricas 21,9%, alineándose con lo previsto. Se observaron innovaciones significativas en Bienes Elaborados no Energéticos y en los Servicios no Administrados. En el primer caso se preveía que crecieran en torno a 0,48%, y el aumento de precios efectivamente observado fue 0,29%. Tanto el acuerdo de precios con agentes privados, como una evolución del dólar más moderada que la prevista explicaron dicha discrepancia.
Por su parte, las proyecciones en el mes de enero se vieron modificadas por diversas razones. En primer lugar, la innovación en la inflación del mes de diciembre implicó una leve moderación de las previsiones inflacionarias. Sin embargo, durante enero se procesaron actualizaciones del esquema tarifario. Por estas razones fue necesario actualizar nuestros modelos de proyección de acuerdo a las más recientes novedades en los precios administrados. Asimismo, la fuerte depreciación cambiaria del mes de enero, modificó levemente nuestro escenario de TC para el cierre de 2016, lo cual también influyó negativamente sobre nuestras previsiones de inflación.
Como resultado global de dichas innovaciones nuestros modelos de proyección marcan que la inflación de 2016 se encontraría en 9,5%, mientras que en 2017 dicho guarismo alcanzaría 9,3%.