El registro de inflación de agosto se aceleró con respecto a meses anteriores, ubicándose en 0,93%, lo que determinó que la inflación interanual se ubique en 7,9%, cerca de casi 2 p.p. por encima del techo de la meta inflacionaria. En el alza de agosto influyeron varios factores, como el incremento de las cuotas mutuales de los servicios de salud que habían postergado su aumento en julio a la espera del cierre de la negociación salarial y el aumento en los rubros de alimentos elaborados, en especial de los derivados de los granos (harina, pan, etc.). En el otro sentido, las tarifas de UTE volvieron a reducirse, en la medición del INE, producto de una mayor adhesión al Plan de Ahorro Energético. Sin embargo esta reducción sería transitoria ya que en octubre, al finalizar dicho plan, los precios volverían a los niveles previos a su adopción.
En este contexto de aceleración de la inflación tendrá lugar la reunión trimestral del COPOM hacia fines de este mes para evaluar el desempeño de la economía en función de sus objetivos y decidir sobre el sesgo monetario para el próximo trimestre. Ante la disyuntiva entre el objetivo inflacionario y la competitividad, esperamos que el COPOM decida mantener la tasa de referencia incambiada en 8,75%. Es así que la moderación de las presiones inflacionarias debería provenir de la mesura en los incrementos salariales y la política fiscal sin esperar por la política monetaria, ya que ésta tiene muy poco margen de maniobra sin implicar costos indeseados.