Más allá de la evolución del IPC global, el desvío por encima de la meta inflacionaria y la persistencia de las presiones son aún más marcados en el núcleo central de la canasta de productos. Esto queda representado en la inflación tendencial, agrupación que depura al índice de productos cuyos precios son más erráticos (alimentos frescos) y tarifas públicas (bienes energéticos y otras tarifas) y por tanto arroja una señal más estable del comportamiento de los precios (representativa del mediano plazo). En este sentido, la inflación tendencial se ubicó en mayo en 9,7%, sin modificaciones respecto al mes pasado. Asimismo, este componente deja en evidencia que las recientes medidas no actúan sobre los componentes más estables de la canasta de precios y por tanto su efecto es limitado. De todas formas, las medidas sobre precios administrados resueltas en marzo y abril permiten reducir los registros interanuales de inflación hacia fines del primer semestre, y de esta forma reducir el ajuste indexatorio de los salarios a mediados de año.