Finalmente, el dato de julio de inflación fue un descenso de 0,4%, habilitando que el cálculo de 12 meses quedara comprendido dentro del rango meta del BCU, por segundo mes consecutivo.
Dentro de una tónica general de desaceleración de la inflación, descensos de frutas y verduras, y otros precios “residuales” condujeron a esta variación negativa. Esperamos que continúen incrementos moderados mensuales hasta octubre.
Sin embargo, distintos factores que hemos planteado en informes anteriores (los incrementos salariales, mayor devaluación del peso, eventual incremento de precios internacionales) cambiarían la pauta de la inflación.
La inflación presentaría una forma de V en 2023, con una tendencia creciente en 2024, cerrando dicho año con un guarismo de 7,2% de acuerdo a nuestras proyecciones.