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A PARTIR DEL SECTOR EXPORTADOR Y LAS GRANDES RAMAS, EN NOVIEMBRE DE 2023 EL NÚCLEO INDUSTRIAL TUVO SU SEGUNDO INCREMENTO CONSECUTIVO

Según los datos publicados hoy por el INE, la producción de la industria manufacturera presentó un incremento interanual del 2,4% en noviembre de 2023; si se excluye la refinería de petróleo (que suspendió la producción por tareas de mantenimiento), la producción manufacturera aumentó en 8,9%. Las principales ramas, que operan en Zonas Francas – ZF- registraron incrementos interanuales relevantes: 29,01% en el caso de la rama 107B (Pepsi), y de 34,27% en la rama 1701 (UPM y Montes del Plata).

Para depurar de estas ramas con comportamientos extraordinarios, se calcula la producción del núcleo industrial, que excluye a estas dos ramas y la refinería de ANCAP, tuvo un incremento de 2,7% en comparación con un año atrás, siendo el segundo incremento mensual tras una fase contractiva que duró ocho meses.

Los indicadores laborales en noviembre tuvieron comportamientos opuestos: el Índice de Horas Trabajadas (IHT) registró un incremento de 2,6%, y el Índice de Personal Ocupado (IPO) permaneció prácticamente incambiado (una disminución de 0,3%).

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EN EL HORIZONTE DEL AÑO 2025 SE PROYECTAN NIVELES DE INFLACIÓN QUE SUPERAN EL RANGO META.

El incremento del IPC en noviembre fue de 0,34% con un aumento interanual dentro del rango meta de inflación. Para diciembre proyectamos +0,1%, que mantiene la variación 12 meses dentro del rango meta.

En términos interanuales, se espera que la inflación se ubique dentro del rango meta hasta mediados de 2024. A partir de julio del próximo año la inflación alcanzaría cifras entre 6% y 7% adoptando una forma de “W”.

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EN OCTUBRE EL NÚCLEO INDUSTRIAL INREMENTÓ SU PRODUCCIÓN TRAS OCHO CAÍDAS CONSECUTIVAS

Según los datos publicados hoy por el INE, la producción de la industria manufacturera presentó un incremento interanual del 9,1% en octubre. Además, si se excluye la refinería de petróleo, la producción manufacturera aumentó en 13,9%. Las principales ramas registraron un incremento de 21,45% en el caso de la rama 107B (Pepsi en régimen de Zona Franca – ZF) con respecto de octubre de 2022, y un incremento de 94,7% en la rama 1701 (UPM y Montes del Plata en régimen de ZF). El importante crecimiento de octubre se debe a dos factores, por un lado, el bajo punto de comparación, en octubre de 2022 la producción se había contraído 27% y por otro el crecimiento provocado por la puesta en marcha de la nueva planta.  La producción del núcleo industrial, que excluye a estas dos ramas y la refinería de ANCAP, tuvo un incremento de 4,9 % en comparación con un año atrás, siendo el primer incremento tras una fase contractiva que duró ocho meses.

Los indicadores laborales en octubre se tuvieron comportamientos opuestos: el Índice de Horas Trabajadas (IHT) registró un incremento de 2,4%, y el Índice de Personal Ocupado (IPO) disminuyó 0,01%.

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Invitación a la Presentación del Quinto Estudio Monográfico realizado por el Observatorio de Seguridad Social de CINVE

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El equipo del Observatorio de Seguridad Social invita a la presentación del quinto Estudio Monográfico: LA REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL Y LA SOSTENIBILIDAD FINANCIERA DEL SISTEMA a realizarse el próximo miércoles 13 de diciembre a las 10 hs. en la sede de cinve.

 

Se ruega confirmar asistencia a [email protected] 

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5to informe Monográfico Observatorio de Seguridad Social (PDF)

La Transformación del Sistema de Transporte Público en el Área Metropolitana de Montevideo

«LA IMPORTANCIA DEL TRANSPORTE PÚBLICO

Como ocurre en la mayor parte de las sociedades contemporáneas, en Uruguay el servicio de transporte público está llamado a realizar una importante contribución al bienestar y a la calidad de vida de las personas. En las áreas urbanas y, metropolitanas, sobre todo, son múltiples los aspectos de la vida cotidiana que se ven impactados, en forma positiva o negativa, por las características y el funcionamiento del sistema de transporte público. Esta perspectiva se enmarca en el nuevo paradigma de la movilidad sostenible emergente en las últimas décadas. Esta nueva forma de abordar el transporte público surge como consecuencia del evidente fracaso, más allá de las naturales barreras y resistencias al cambio, de los esquemas de movilidad basados en el uso intensivo del vehículo individual, que fue el predominante a partir de la década de 1950.  …»

Acceder al documento completo: La Transformación del Sistema de Transporte Público en el Área Metropolitana de Montevideo GeTM dic 2023

 

Presentación del GETM: Claves para la Modernización del Transporte Público en el Área Metropolitana de Montevideo.

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El próximo 5 de diciembre a las 16:00 hs. el Grupo de Estudios de Transporte y Movilidad de CINVE presentará públicamente en el Centro Cultural Verde los avances del proyecto en curso sobre «Transformación del Transporte Público en el Área Metropolitana de Montevideo». En el evento participarán autoridades nacionales y departamentales, así como representantes de organismos financieros multilaterales, empresas y trabajadores del transporte público urbano y suburbano, junto a integrantes de las organizaciones de usuarios.

 

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Determinantes de la demanda de servicios de transporte público en Montevideo

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Autores: Bibiana Lanzilotta, Fernando LorenzoSilvia Rodríguez-Collazo

Publicado en: Documento de Trabajo CINVE 03/ 2023 ISSN: 168-6186

Resumen:

Durante los últimos 25 años se ha asistido a una disminución significativa de la cantidad vendida de boletos urbanos en la ciudad de Montevideo. El declive del transporte público ha tenido lugar en un periodo en que se ha asistido una mejora notoria del ingreso de los hogares y a una reducción en el precio real del boleto. y se produce en un contexto caracterizado por avances en algunos aspectos de los servicios prestados. El estudio pretende aportar evidencia sobre los factores que afectan la trayectoria de largo plazo de la demanda de servicios de transporte público que contribuyen a explicar el persistente retroceso que se ha venido observando en la venta de boletos a partir de la última década del siglo pasado. Adicionalmente, se evalúa la naturaleza transitoria o permanente del shock negativo que produjo la pandemia sobre la demanda de servicios de transporte público. El trabajo adopta una perspectiva de largo plazo, recurriendo a la especificación y estimación de modelos econométricos multivariantes de cointegración, considerando datos trimestrales correspondientes al periodo comprendido entre 1997 y 2022. El análisis concluye que el servicio de transporte público en Montevideo no puede considerarse un «bien inferior», en la medida en que las mejoras de los ingresos de los usuarios provocan alzas en la cantidad de boletos vendidos. Las estimaciones de la elasticidad precio de la demanda sugieren que, de no mediar aumentos de eficiencia, la disminución real de las tarifas requeriría de mayores subsidios. El creciente uso de autos particulares ha desempeñado un papel clave en la reducción sistemática del uso de los servicios de transporte público. La elevada elasticidad precio cruzada de la demanda respecto al precio venta de los vehículos nuevos permite explicar por qué, en un periodo caracterizado por reducciones en el precio relativo de los vehículos, las preferencias de los usuarios se hayan inclinado hacia el transporte privado. Adicionalmente, la pandemia de Covid-19 ha influido en los hábitos de los usuarios, desincentivando el uso del transporte público. Los resultados del estudio subrayan la necesidad de que las políticas de transporte consideren en su diseño las complejas interconexiones que existen entre las diversas opciones de movilidad y los cambios de hábitos de los usuarios.

Palabras claves: Transporte público, movilidad, elasticidades precio e ingreso, subsidios.

Cavilaciones de un desocupado: Parte 2/3: En busca de explicaciones, la navaja de Ockham.  

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Hazlo simple,
tan simple como sea posible,
pero no más

 por Carlos Grau Pérez*

Juan desde hace un tiempo se encuentra desocupado. Su situación lo inquieta. En días anteriores sus pensamientos giraron en torno a que para quienes el trabajo representa su única fuente de ingresos, estar ocupado es condición necesaria, pero no suficiente, para tener una vida digna. Había encontrado datos elocuentes que daban cuenta que tanto en nuestro país como en otras latitudes, ocupación y pobreza en más oportunidades que las deseadas iban de la mano.

Había encontrado contradictorio plantear que es necesario reducir los salarios para fortalecer a las empresas y de esa manera crear empleo. No entendía el planteo. Las empresas dependen de la demanda para alcanzar la rentabilidad que esperan. Ésta, a su vez, depende de los ingresos de los consumidores y éstos, para la mayoría de la población, dependen de sus salarios En realidad, había logrado una explicación a este fenómeno. Una estrategia que es buena para uno, no necesariamente es buena cuando la aplican todos. Había encontrado que a este fenómeno se le denominaba falacia de composición (1).

Su incertidumbre acerca de cuanto tardaría en encontrar un nuevo trabajo y cuáles serían sus nuevas condiciones laborales le afectaban y según le indicó el sicólogo al que consultó, padecía indefensión aprendida (2). En sus intentos por superar la situación entendió necesario entender cuáles son los determinantes de la desocupación, que se sabe acerca de la duración promedio del desempleo y acerca de las condiciones del nuevo trabajo. Decidió, entonces, poner manos a la obra. Empezó así a cavilar sobre estos temas.

Empezó preguntándose si la existencia de desempleo –que no es otra cosa que un desequilibrio en el mercado de trabajo- al presentarse como fenómeno persistente en el tiempo y al encontrarse extendido a todas las economías del mundo, no contradice la parte de la teoría económica que establece que, de no existir interferencias, es decir si la mano invisible opera sin restricciones, todos los mercados estarían en equilibrio.

Además, Juan no entendía cómo es posible afirmar, como lo hacen algunos, que el libre funcionamiento de los mercados genera resultados eficiente. Se preguntaba, ¿se puede considerar eficiente que una parte de la fuerza de trabajo, recurso que constituye la única fuente de ingresos para la mayor parte de la población, no sea utilizada, y por tanto se pierdan ingresos y producción? ¿Es eficiente que los ingresos de una parte de aquellos que tienen trabajo no sean suficientes para situarlos por encima de la línea de pobreza? Estaba convencido que la respuesta a las dos preguntas era no. Por el momento no tenía explicaciones pero tampoco tenía dudas.

Buscó información acerca de la evolución de la tasa de desempleo en nuestro país en los últimos cuarenta años y luego la graficó.

Observó que en las últimas cuatro décadas la tasa de desocupación fue en promedio igual al 9,6%. Teniendo en cuenta que cada punto de desocupación equivale a aproximadamente 17.000 personas, la cantidad de desocupados fue en el período del orden de las 160.000 personas cada año. La pérdida directa de producción provocada por la desocupación, si se considera que la remuneración que alcanzarían los desocupados en caso de conseguir empleo es igual al salario mínimo nacional, equivale a dos puntos porcentuales del PIB por año, en cifras actuales ascendería a más de 1.000 millones de dólares. Si además se toma en cuenta el efecto multiplicador que generaría el aumento del consumo de estos nuevos trabajadores, la pérdida de producción generada por la desocupación sería aún mayor a los dos puntos porcentuales del PIB.

La existencia de desocupación desafía uno de los principales componentes del relato dominante, pensaba Juan, referido a que los mercados se auto-regulan. La teoría del equilibrio entre la oferta y la demanda establece la existencia de un mundo armonioso en el que los precios permiten que las cantidades que unos quieren vender son iguales a las cantidades que otros quieren comprar. En ese mundo ideal no hay lugar para los desequilibrios, no hay lugar para la desocupación como fenómeno permanente y extendido a lo largo tiempo y del universo. Y se preguntaba, ¿es razonable equiparar el funcionamiento del mercado de trabajo con el de cualquier otro bien, por ejemplo, el de las papas?

Juan se encontró perturbado, no entendía qué era lo que no funcionaba en el caso del mercado de trabajo que explicara que el desequilibrio sea la norma y no la excepción. Se puso, entonces, a buscar posibles explicaciones y encontró varias. Algunas le resultaron lógicas. Otras no tanto.

Ante la existencia de múltiples explicaciones intentó poner en práctica el método de la navaja del fraile Ockham según el cual, a igualdad de condiciones, la explicación más sencilla es la que tiene mayor probabilidad de ser la correcta. En palabras de Sherlock Holmes podríamos expresar la idea con la famosa expresión “elemental mi querido Watson”. Cuando se dispone de dos o más explicaciones de un fenómeno, es preferible la explicación más simple, la más parsimoniosa, la más económica en hipótesis, ese es en esencia el planteo de Ockham que Juan intentó poner en práctica para encontrar la explicación a la desocupación. 

La primera explicación que pudo encontrar planteaba que aun existiendo demanda suficiente para que todos los trabajadores puedan estar ocupados, como el proceso de encuentro entre la oferta y la demanda lleva tiempo, durante un cierto lapso va a existir desocupados.

A este tipo de desequilibrio Juan encontró que se le denomina desocupación friccional. Se enteró luego que en el año 2010 el Premio Nobel de Economía fue otorgado a tres economistas que cuarenta años antes habían estudiado el desempleo y, en particular, las fricciones que impiden los ajustes automáticos en el mercado de trabajo que la teoría convencional prevé para otros mercados. Esto le confirmaba a Juan que el mercado de trabajo no funciona igual que el mercado de las papas.

Lamentablemente, opinaba Juan, el problema por lo que estoy viendo no se limita solamente a la desocupación friccional. Hay otras razones que explican que no exista demanda suficiente para que todos los trabajadores estén ocupados, las que dan lugar a lo que se conoce como desocupación estructural.

Encontró que una posible causa de la desocupación es la existencia de un desajuste entre el tipo de trabajo que se oferta y el tipo de trabajo que se demanda. Puede suceder, leyó Juan, que existan diez personas buscando trabajo en el área de la inteligencia artificial y que, simultáneamente, las empresas demanden diez puestos de trabajo, pero de personas capacitadas en gestión cultural. Si bien la cantidad demandada es igual a la cantidad ofertada -diez personas en ambos casos- existiría desocupación. En tiempos como los actuales, en que la forma de hacer las cosas cambia vertiginosamente, el proceso de ajuste de la oferta de trabajo en tiempo y forma al perfil de habilidades requerido por la demanda constituye un gran desafío.

Juan siguió buscando y encontró otra explicación. En este caso la desocupación sería consecuencia de que se pagan salarios superiores a los de equilibrio. ¿Por qué no sucede con el salario lo mismo que con el precio de las papas? se preguntó.  Encontró tres posibles causas, el poder de los sindicatos, la existencia de salarios mínimos, y el pago de salarios de eficiencia. Esta última explicación, a la que se denomina teoría de los salarios de eficiencia ya había formado parte de sus anteriores cavilaciones. Esta explicación le llamó particularmente la atención, le recordó la estrategia salarial puesta en práctica por Henry Ford (3). Según esta teoría el desempleo sería consecuencia de que las empresas pagan salarios más altos que los que equilibrarían el mercado, con el objetivo de captar y mantener a las personas más talentosas (4).

En lugar de que, como indica el relato predominante, los salarios se determinen en función de la productividad, esta teoría plantea la causalidad en sentido inverso: sería la productividad la que se ajusta a los salarios, aumentando cuando éstos aumentan. Pagar salarios más elevados constituye, por tanto, una inversión cuyo retorno es el aumento de la productividad.

A su vez, de la mano de pagar salarios de eficiencia, viene la consideración de que la desocupación que se genera en este caso tiene un efecto positivo. Volvió a leer nuevamente por si había entendido mal y confirmó que efectivamente decía efecto positivo. Tras la confirmación se sintió contrariado. No podía entender las razones de dicha afirmación y se preguntaba ¿positivo para quién? ¿qué explica que la desocupación pueda ser considerada positiva? Siguió leyendo y entendió.

Como argumento encontró que la existencia de desocupados disciplinaría a los trabajadores, generaría un incentivo a esforzarse en las tareas que deben realizar para de esa manera disminuir la probabilidad de ser despedidos y perder el beneficio que implica cobrar salarios por encima de la productividad. Si no existiera desocupación, perder el trabajo tendría un costo menor, ya que sería mayor la probabilidad de obtener empleo en otra empresa. La incertidumbre de conseguir un nuevo trabajo haría valorar más el que se tiene.

También encontró otro tipo de explicaciones de la desocupación, en este caso basadas en la insuficiencia de demanda. A lo largo de los ciclos económicos, junto con las variaciones del PIB, se observan variaciones de la demanda de bienes y servicios que se traducen en variaciones en la demanda de trabajo. En momentos en que disminuye el nivel de actividad rápidamente se destruyen empleos, generando desempleo. A esta se le puede denominar desocupación cíclica.

 

Crecimiento económico y empleo

Algo similar a lo que vimos le sucede a Juan con sus estados de ánimo, le pasa a la economía. Por momentos parece que funciona bien, por momentos no tanto. A veces, se presentan problemas que hacen que para algunas personas la situación pueda ser insoportable.

En la economía, al igual que con los estados de ánimo de Juan, también puede existir histéresis. En los momentos en que todo funciona bien pueden mantenerse problemas que surgieron cuando la economía estaba en problemas. Le preocupaba, en particular, que esto sucediera con la desocupación, porque había leído que no era nada raro que eso pasara. Con la caída de la actividad se destruyen rápidamente empleos, mientras que con el crecimiento de la actividad se crean empleos, pero lentamente.

La evolución del PIB es el indicador ampliamente empleado como termómetro para evaluar el funcionamiento de las economías, lo que implica perder de vista que, así como algunas patologías -incluso graves- no generan fiebre, el incremento del PIB puede ir acompañado de problemas, como por ejemplo mayor carbonización del planeta o el incremento de la inseguridad alimentaria, pero eso es harina de otro costal. Esto abre la puerta al desafío de alcanzar la prosperidad sin crecimiento, pero en este momento la prosperidad era para Juan sinónimo de empleo. En ocasiones, quizás en más que las deseables, lo urgente termina desplazando a lo importante.

Se encontró con que en la evolución del PIB mundial se observa la alternancia de periodos de temperatura corporal adecuada, con períodos de fiebre. Esto se observa en el siguiente gráfico donde se muestra la evolución de las tasas de variación del PIB mundial por persona en los últimos 60 años.

Del gráfico se desprende que entre 1961 y 2021 existieron cinco crisis de alcance planetario con centro en los años 1975, 1982, 1991, 2009, 2020. Existió en promedio una crisis global cada doce años. Los mecanismos de estabilización automáticos a cargo de la mano invisible del mercado y las políticas económicas instrumentadas no fueron capaces de evitar las crisis. Juan entonces se preguntó ¿no será necesario quitarle la confianza que algunos han depositado en la mano invisible del mercado? ¿no será también necesario pensar en una nueva política económica?  Juan creía que responder afirmativamente ambas preguntas era lo correcto.

 

La ley de Juan (Okun)

Juan siempre había escuchado hablar de la existencia de una relación entre la evolución de la desocupación y la del PIB (crecimiento económico). Le parecía lógica, entonces pensó en ver que mostraban al respecto los datos en nuestro país. Pensó que, para evaluar mejor la situación, y a falta de microscopio para agrandar el objeto de estudio, lo mejor sería tomar en cuenta los momentos en los que se observó mayor crecimiento de la economía. Analizó entonces lo ocurrido en la economía uruguaya en el período 2006-2019, periodo en el cual el crecimiento del PIB mostró valores superiores al promedio histórico.

Analizando una y otra vez lo ocurrido en el período, observó un fenómeno que le llamó mucho la atención. En los años en que el crecimiento de la economía fue menor al 3% la tasa de desocupación no disminuyó. A partir de un crecimiento del 3%, la desocupación presentaba una caída de un punto porcentual con cada crecimiento adicional del 3% del PIB. Por ejemplo, si la economía crece al 6% anual, la desocupación disminuiría un punto porcentual. Juan se imaginaba la situación como la de alguien que compra reducción de la desocupación pagando con crecimiento del PIB y tiene que pagar un costo fijo equivalente a un crecimiento del 3%, como el que paga en su factura de UTE aunque no consuma nada de energía eléctrica y, a partir de ese monto, cada 3% de crecimiento del PIB adicional se obtiene una reducción de la desocupación de un punto porcentual. Le pareció interesante graficar los resultados obtenidos.

Su hallazgo le llamó la atención y buscó información acerca de la relación entre desocupación y crecimiento económicos para otros países. Encontró que lo que había observado para Uruguay era similar a un planteo para la economía de EE.UU. realizado por el economista Arthur Okun, lo que dio lugar a la denominada Ley de Okun.

A partir del análisis de los datos para EE.UU. de la década del 50, Okun planteó que para mantener los niveles de empleo, la economía necesitaba crecer cada año entre el 2,6% y el 3%. Juan había encontrado para el caso de Uruguay un valor similar: 3%.

Cualquier crecimiento inferior del PIB significaba un incremento del desempleo. La ley de Okun señala, además, que una vez mantenido el nivel de empleo gracias al crecimiento del 3%, para conseguir disminuir el desempleo es necesario crecer dos puntos porcentuales adicionales por cada punto de desempleo que se quiera reducir. Juan había encontrado que para el caso de Uruguay se debía incrementar tres puntos porcentuales en lugar de dos como en EEUU. Parece que, como sucede con algunos bienes, en Uruguay hay que pagar más.

La ley de Juan (Okun) es sólo una observación empírica para la que no se tiene un fundamento teórico. A pesar de eso, la regla se cumple en muchos casos y por eso es empleada en los análisis macroeconómicos.

Por suerte, el hecho de que no se cuente con fundamentos teóricos que respalden la ley hace que debamos tomarla con pinzas, pensaba Juan, porque analizando las tasas crecimiento proyectadas por analistas para los próximos años en nuestro país, no podía esperar una disminución de la desocupación que venga de la mano del crecimiento económico.

 

Duración del desempleo

Juan acababa de escuchar en la radio que la tasa de desempleo del último año se situó en el 8%. Se preguntó cómo debía interpretar ese valor. En sus cavilaciones pensaba que la tasa promedio sería la misma si a lo largo de un año las personas incluidas en el 8% fueran las mismas, que si mes a mes son diferentes. Si bien las dos situaciones definen la misma tasa de desempleo, esconden realidades diferentes.

En un caso, a lo largo del año los desocupados están sin trabajo solamente un mes, en cambio en el otro caso están un año. Estas dos situaciones para Juan no eran equivalentes. Se dio cuenta que la cantidad de desocupados en un determinado momento se puede descomponer en la suma de dos grupos, los desocupados que vienen del período anterior, más los nuevos desocupados. En la medida en que el grupo de desocupados que viene de períodos anteriores se mantiene en el tiempo, la duración promedio en que las personas se encuentran desocupadas aumenta.

Juan concluyó que habría que tener esto en cuenta cuando se analiza la evolución de la tasa de desempleo. Se dio cuenta que no sólo era importante saber su probabilidad de encontrar empleo, también lo era saber el tiempo que eso le iba a llevar.

Buscando información para poder responderse la pregunta se encontró con este texto: Como la duración del desempleo puede influir en nuestra opinión sobre la gravedad del problema, los economistas han dedicado muchos esfuerzos al estudio de los datos sobre la duración de los periodos de desempleo. En estos estudios han llegado a una conclusión importante sutil y aparentemente contradictoria: la mayoría de los periodos de desempleo son breves y la mayor parte del desempleo observado en un determinado momento es de larga duración (5).

Juan se volvió a preguntar, ¿Cuánto tiempo tardaré en encontrar nuevamente trabajo? Comenzó a buscar información referida a nuestro país y encontró un estudio en que se estimaba que la duración promedio del desempleo en Uruguay en el período 1986-1999 era de cuatro meses (6). Esta estimación no le resultó nada auspiciosa, en la medida en que, según ésta, era necesario un tercio de año para conseguir un empleo en un período que incluía años de dinamismo económico. Se trata de un promedio, se dijo para consolarse, y mi situación no tiene por qué coincidir con este. En el fondo sabía que su situación si bien podía ser mejor a la del promedio también podía ser peor.

Siguió entonces buscando y encontró otra estimación para un período similar, en este caso 1991-1999. Le llamó la atención que los dos trabajos se publicaran en el año 2001, pero recordó que en esos momentos la desocupación era un problema importante en nuestro país, había alcanzado niveles cercanos al 15%.  Al leer este segundo trabajo sintió que salía de Guatemala para meterse en Guatepeor.

En esta segunda estimación, (7) la duración promedio del desempleo se estimaba entre seis y siete meses para el período en que el desempleo en el país se mantuvo constante y, mayor a los ocho meses cuando la tasa de desempleo se incrementó en el período 1997/1998. Pensó que podría hacer para reducir el tiempo para obtener empleo, pero quedó paralizado.

Después pensó que no sólo le debería importar conseguir trabajo, también le debería importar cuál sería la nueva remuneración. ¿Ganaré lo mismo que antes? se preguntó. Nuevamente, buscó información y lo que encontró no le resultó nada positivo. Según un estudio (7), quienes se reincorporan en el mercado de trabajo después de haber estado desocupados lo hacen a un salario por hora menor en alrededor del 30% respecto al que recibían en el trabajo anterior. En el estudio no sólo se remarca la caída del salario, sino que se muestra que en promedio el nuevo trabajo es de peor calidad. Además de menor salario por hora, implica menor estabilidad, menor carga horaria y pérdida de prima y otros derechos vinculados a la antigüedad en la empresa. Juan a esa altura lo tenía claro, sabía que aunque saliera de su actual situación le quedarían cicatrices. Hay heridas que en lugar de abrirnos la piel, nos abren los ojos. (8). Sabía que estas heridas le dejarían huellas hasta los últimos años de su vida, ya que la desocupación afecta negativamente su historia laboral y, por lo tanto, el valor de su futura jubilación.

A esta altura ya estaba cansado y agobiado por tanta información que le auguraba un futuro con más sombras que luces. Se había hecho tarde. Tenía hambre y pidió algo para cenar a un delivery. Mientras esperaba, intentó sintetizar los hallazgos de la jornada.

Empezó recordando que cuando escuchaba en los medios de comunicación a representantes de las empresas en su carácter de empresarios o asesores, haciendo un uso desmedido, y hasta quizás incorrecto, de la navaja de Ockham, reducían el problema de la desocupación a lo elevado de los salarios. Concluían, por lo tanto, que  la única solución para reducir el desempleo es reducir los salarios.

Juan pensaba que detrás de la ventaja de tener una explicación tan simple, tanto que podríamos decir, elemental mi querido Watson, existe un problema, no se cumple con la premisa de minimizar la cantidad de hipótesis que están detrás de la explicación. El modelo que explica el comportamiento de la oferta y la demanda, que da lugar a que un exceso de oferta se resuelve con una disminución del precio, se sustenta en un sin número de hipótesis. No sería por tanto correcto decir que el modelo es parsimonioso.

Acotando en la búsqueda a la solución del desempleo a una mirada unidimensional -reducir los salarios- se corre el riesgo de no alcanzar el objetivo buscado. Juan se preguntó, ¿si fuera necesario partir una torta en ocho pedazos iguales, sería posible hacerlo realizando tres cortes? Si pensamos unidimensionalmente, es decir, si pensamos exclusivamente en hacer cortes verticales -el corte tradicional de una torta-, la respuesta es que no es posible.

En cambio, si incorporamos al análisis otra dimensión, si incluimos la posibilidad de realizar tanto cortes verticales como horizontales, el objetivo sí se puede lograr. Alcanza con realizar primero dos cortes verticales que dividan la torta en cuatro pedazos iguales y posteriormente hacer un corte horizontal que divida cada uno de los cuatro pedazos en dos partes iguales. Agregar una dimensión aporta una solución que era inexistente en el mundo unidimensional de Planilandia (9).

La reducción de las dimensiones de un análisis puede observarse en personas que al ser gobernadas por creencias se les dificulte percibir las evidencias. Recordó Juan que Galileo Galilei a pesar de la evidencia, fue condenado por cuestionar que todos los planetas giren en torno a la tierra. Por un momento, temió ser él condenado por poner en cuestión la idea de que todos los problemas de desocupación giren en torno a la existencia de salarios elevados.

Su temor se acentuó cuando leyó que el recientemente electo Presidente de Argentina manifestó que el artículo 14.b de la Constitución Nacional “es el cáncer del país” y lo derogaría (10). En dicho artículo se establece: “El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial…”

Escuchó el timbre, había llegado el momento de cenar. Mientras se dirigía a abrir la puerta escuchaba Caminante no hay camino y pensaba que era necesario cambiar muchas cosas para mejorar el bienestar de la humanidad. Se decía a sí mismo, no sé si sé lo que quiero, pero sí sé que sé lo que no quiero. Seguramente, esa afirmación represente a mucha gente, se dijo y concluyó, se necesitan más certezas acerca de cómo y hacía donde ir, se necesitan utopías que nos sirvan de norte, sin olvidar, también, que se hace camino al andar.

Al día siguiente Juan se levantó y recordó el diálogo que mantuvo con el delivery que la noche anterior le había traído la cena. Esto lo llevó a realizar las siguientes cavilaciones…

 

Referencias

  1. La falacia de composición surge cuando un individuo asume que algo es verdadero para el todo simplemente porque es cierto para una parte del todo.
  2. La indefensión aprendida genera que una persona sienta y crea que haga lo que haga no va a poder cambiar los resultados de los acontecimientos, lo que después ocurra ya está determinado.
  3. Raff, D; Summers, L; (1986): Did Henry Ford Pay Efficiency Wages? National Bureau of Economic Research, Working paper 2101.
  4. Shapiro, C.; Stiglitz, J.E. (1984). «Equilibrium Unemployment as a Worker Discipline Device». The American Economic Review74 (3): 433–444.
  5. Mankiw, N. G. (2004): Principios de Economía. McGraw Hill Interamericana de España.
  6. Azar, P; Rodríguez, S; Sanguinetti, C; (2001) Análisis sobre la duración del desempleo en Uruguay 1986-1999. FCEyA, Instituto de Economía, DT 9/01.
  7. Bucheli, M; Furtado, M; (2001): Impacto del Desempleo Sobre el Salario. Una estimación de la pérdida salarial para Uruguay. CEPAL. Oficina de Montevideo.
  8. Frase atribuida al poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973).
  9. http://mimosa.pntic.mec.es/jgomez53/docencia/abbott-planilandia.pdf
  10. https://infonews.com/milei-aseguro-que-el-articulo-14-bis-de-la-constitucion-es-el-cancer-del-pais.html

______________________

(*) Carlos Grau Pérez es Economista, Investigador del CINVE, Docente Universitario, Master en Economía por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.

 

Imagen de José Manuel de Laá en Pixabay man-on-a-bench-2069539_1280

SE ANTICIPA QUE LA TASA DE INFLACIÓN PERMANEZCA EN LÍNEA CON EL RANGO META HASTA MEDIADOS DE 2024.

El incremento del IPC en octubre fue de 0,6%, con un aumento interanual de 4,3%, dentro del rango meta de inflación. Para noviembre proyectamos un aumento de 0,4%, que mantiene la variación 12 meses dentro del rango meta.

En términos interanuales, se espera que la inflación se ubique dentro del rango meta hasta mediados de 2024. A partir del segundo semestre del próximo año alcanzaría cifras entre 6% y 7% asumiendo patrones similares en electricidad, tarifas telefónicas y agua.

Con las proyecciones hasta diciembre de 2025, se prevé aumentos elevados en enero en ambos años. La inflación presentaría un comportamiento durante 2024 en forma de “V”.

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EN SETIEMBRE Y DURANTE EL TERCER TRIMESTRE DEL AÑO, EL NÚCLEO INDUSTRIAL CONTINÚA CONTRAYÉNDOSE

Según los datos publicados hoy por el INE, la producción de la industria manufacturera presentó una caída interanual del 4,4% en setiembre, con la principal incidencia por la detención programada de la refinería de ANCAP. De todas maneras, si se excluye la refinería de petróleo, la producción manufacturera disminuyó en 0,4%. Las principales ramas registraron una caída de 11,7% en el caso de la rama 107B (Pepsi en régimen de Zona Franca – ZF) con respecto de setiembre de 2022, y un incremento de 29,5% en la rama 1701 (UPM y Montes del Plata en régimen de ZF). La rama ha registrado tres meses consecutivos de un incremento interanual mayor al 30% como resultado de la puesta en marcha de la nueva planta.  La producción del núcleo industrial, que excluye a estas dos ramas y la refinería de ANCAP, tuvo una caída de 1,5 % en comparación con un año atrás, que se agrega a la dinámica contractiva de los ocho meses anteriores del año.

Los indicadores laborales en setiembre se contrajeron: el Índice de Horas Trabajadas (IHT) registró una caída de 1,5%, y el Índice de Personal Ocupado (IPO) disminuyó 0,6%.

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