El índice de precios al consumo (IPC) de enero registró un incremento de 1,9%, ubicando la inflación interanual nuevamente en niveles similares a los del cuarto trimestre de 2012 (8,7%). Si bien el dato puntual se encontró levemente por encima de lo previsto, no representa una sorpresa dada la acumulación de distorsiones que impactaron en enero. Como se preveía, el alza de precios de enero se debió en gran medida a la finalización de la bonificación al precio de la energía eléctrica (UTE Premia) y al fin de los acuerdos de precios con los supermercadistas. Adicionalmente otros factores estacionales como los ajustes asociados a los incrementos salariales de enero y algunos servicios administrados incidieron sobre el alza de precios del mes pasado. Sin embargo esto no representa una aceleración de la inflación ni un evento dramático para el control de precios, sino que es consecuencia de los intentos de reducir los incrementos de precios en diciembre de 2012, reduciendo ajustes inerciales de salarios por desajustes entre la inflación esperada y la observada. De esta forma, se evitaron efectos de segunda ronda sobre los precios de 2013, reduciendo parcialmente los efectos de las presiones salariales sobre los precios domésticos.