En los próximos meses esperamos una moderación de los incrementos de precios por diversas fuentes. Por un lado el tipo de cambio continúa por debajo de los $20, producto de la alta liquidez internacional que determina un dólar débil y el desfasaje de las políticas monetarias regionales. Esto permitiría mitigar las presiones sobre los bienes transables, a pesar de que los precios internacionales de los alimentos continúan elevados. Adicionalmente, las medidas heterodoxas implementadas (acuerdos con supermercadistas, reducción de precios en carne y pollo, eliminación de IMESI en productos sanitarios, entre otras) tendrán mayores efectos durante noviembre (a la baja) y se mantendrán hasta diciembre. Por último, una nueva bonificación de UTE en la tarifa de diciembre a través de la eliminación del cargo fijo a determinados consumidores, reduciría la tarifa energética, incidiendo a la baja en la medición del IPC. Estos tres elementos, y en particular los últimos dos, permitirán cerrar el año con un registro inflacionario menor al de meses pasados y por lo tanto reducir los ajustes indexatorios en los salarios del primer semestre de 2013.