El dato de abril marcó una leve deflación mensual (-0,06%), registro que se ubicó levemente por debajo de lo esperado (0,1%). Cabe señalar que en dicha deflación volvieron a incidir factores puntuales cuyo origen está en las modificaciones de precios administrados resueltas en marzo. Por un lado, continuó incidiendo la reducción en el precio del 5 de Oro, dado que la baja en el precio se implementó en la segunda quincena de marzo y por lo tanto afectó a la baja el precio promedio de abril. Adicionalmente, se resolvió adelantar el crédito fiscal a las mutualistas. Si bien esta medida se preveía entrara en efecto en el julio, evitando los aumentos estacionales que ocurren en la cuota mutual durante ese mes, su efecto será transitorio ya que el adelanto (y su efecto a la baja sobre la cuota de forma anticipada) se revertiría en el mes de julio. Cabe señalar que de no haber existido dichas medidas, la inflación interanual se hubiera desacelerado aunque muy levemente, ubicándose en 9,6% (vs. el 9,2% efectivamente observado).
Asimismo, dichas medidas también afectaron al componente tendencial de inflación. Esta inflación de núcleo que excluye en su medición rubros volátiles (frutas y verduras y carnes) y tarifas públicas (energéticos y otros servicios públicos), ofrece una señal depurada del comportamiento del 75% de la canasta del IPC, componentes que suelen presentar mayor estabilidad. Sin embargo, dado que las medidas impactaron en algunos servicios administrados (salud y juegos de azar), la evolución de la inflación tendencial también fue corregida a la baja en abril, ubicándose en 9,7%, alejándose del 10% de los dos meses anteriores. No obstante esto, la persistencia del núcleo central de precios continúa siendo la principal preocupación en materia inflacionaria, dado que la evolución prevista para el tipo de cambio agregaría algunas presiones adicionales sobre este componente en los próximos meses.